Según una antigua leyenda, alguien soñó que en aquel monte en forma de león (Monleón, Salamanca) estaba enterrado un tótem de oro que tenía la forma de un macho cabrío, y, dicen, que con el valor del cuerpo del venerado objeto, se edificó el castillo, y con el de los cuernos, la muralla. Y de allí es esta historia:
Corrían los años cuarenta del siglo XX... Casimiro es un joven pastor de un pequeño pueblo del sur de Salamanca. Una noche sufre el ataque de una manada de lobos.
Sobrevivir o no a este hecho es el nudo de esta novela con dos desenlaces. El uno, refleja toda la crudeza de la posguerra; el otro, no siendo menos realista, abre una puerta a la esperanza. Replanteándose el protagonista tanto su destino como el de su familia, dirige sus vidas y sus esperanzas a una tierra nueva -Cataluña-, con nuevas posibilidades...