Julia Emperador despliega en Memoria de París toda su imaginación y creatividad tomando a París como base de sus sueños: una niña persa enferma consolada con cuentos fantásticos; historias de niños, libros y leyendas; encuentros y paseos por cafés y museos de París.
Hay un amor profundo a los que padecieron la tuberculosis (enfermedad muy literaria), como Modigliani, Delacroix, Chopin y Kafka, y hace un recorrido delicioso y nostálgico por casas de escritores como Proust, Balzac, Hugo o Zola. Los últimos relatos terminan con paseos de montaña e historias de brujas en el Pirineo oscense, y con intensas reminiscencias de los acontecimientos vividos por la autora en la capital del Sena.
Un libro excelente, donde el rigor literario, la imaginación, la poesía y el amor a una ciudad y sus ambientes componen la paleta cromática de esta Memoria de París. La naturaleza mágica de la ciudad parece mantenerla en un encantamiento melancólico y la energía que desprende en todo momento provoca sugestivos efectos oníricos.