Se trata de una novela de terror tejida con elementos que forman parte de la conflictividad social actual, bien conocidos, que dotan de credibilidad el relato minucioso del autor.
La obra se inicia con una presentación de tipo biográfico y el argumento se desgrana a lo largo de veinte y cinco notas, que se convierten en capítulos breves. Desde una perspectiva literaria, desde la primera página son evidentes el dominio de las palabras, de la sintaxis, los recursos lingüísticos y de la técnica narrativa, que no hacen del texto un trabajo de difícil lectura sino al contrario, pues la narración transcurre fluida y ligera como un manos arroyo.
Cierran la novela las páginas de un postfacio escrito por David Eloy Rodríguez, autor residente en Sevilla, con una trayectoria literaria de interés, que en breves anotaciones habla de Àlex Marín, de su libro y de los conceptos que lo trascienden.
En conclusión, una obra muy recomendable no sólo por los que buscan buenas novelas para leer, sino también por los que valoran el dominio de la técnica literaria.