Lo primero que llama la atención de este libro es su belleza estética, con un formato cuadrado, de 20x20cm, con solapas, ilustrado por Florència Coll, pintora y escultora con experiencia en asuntos editoriales. En todo momento, el diálogo entre la prosa y la expresión plástica despiertan la sensibilidad y favorecen la lectura.
La introducción expone el argumento de la obra, la cocina como factor de cohesión de la familia y la sociedad, y la actividad que se desarrolla entre la necesidad y la sensualidad. No olvida los aspectos médicos de la nutrición, ni los vinculados con las creencias e ideologías.
Los capítulos transcurren con el calendario, cada mes del año tiene su referencia alimenticia, a veces con menú incluido; al mismo tiempo evoca con erudición a autores, textos y personajes de la literatura.
El resultado es agradable, ligero y reconfortante como una taza de caldo caliente en la mesa, en pleno invierno. Una invitación a los amantes de la lectura, de la mesa y las humanidades.