El libro luce en portada la imagen de una corona de rey agarrada a la roca y, en la contraportada, un poema, que explican el espíritu de la obra. La fascinación entre el abrupto y la vida, entre lo telúrico y lo efímero, alienta unos poemas que destilan el principio vital que brota de lo más inhóspito.
Las palabras son precisos y las estrofas ciernen la realidad y la utopía, no sólo con lenguaje sino también con silencios e insinuaciones líricas. Las más íntimas evocaciones integran dos capítulos, “Albada, memòria”, de 31 poemas, y “Desfer-se, refer-se”, de 29.
Completan el contenido el prólogo de Francisco Parcerisa, una ilustración de Alexandre Tornabell y el epílogo con citas de Perejaume, Meltzer, Freud y Màrius Torres con que la autora expone el origen y sentido de su obra, que acaba con múltiples dedicatorias a personas y entidades, incluso a la Revista Catalana de Psicoanálisis.