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Yatrogenia, una responsabilidad profesional que hay que afrontar

La yatrogenia es un mal provocado, de manera involuntaria, por la acción del médico, debido, generalmente, a un fármaco prescrito, a una maniobra quirúrgica, de terapéuticas físicas o de recomendaciones sanitarias. No está ligada necesariamente a una mala praxis, pero conlleva efectos indeseables en los pacientes y también en los profesionales que la han causado.

 
Entre las principales funciones del Colegio están las de velar por la calidad de la práctica médica, garantizar a los ciudadanos el cumplimiento de los principios deontológicos y defender los intereses profesionales de los médicos. Por este motivo, el Colegio de Médicos de Barcelona organizó el pasado 23 de marzo una jornada de análisis y debate para ayudar a los profesionales a evitar y reducir su impacto.
 
Abrieron la sesión Vicente Ortun, profesor y ex-decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Pompeu Farbra, y Gaietà Permanyer, médico emérito del Servicio de Cardiología del Hospital Vall d'Hebron. Ortún ofreció una panorámica de la yatrogenia, analizando los diferentes factores que pueden provocarla. Defendió que "un buen sistema de salud público" puede ayudar a reducir los casos de iatrogenia en todas sus vertientes. Por otra parte, Permanyer, a través de su testimonio personal, analizó algunos casos en que, a lo largo de su carrera y por diferentes motivos, había ocasionado un daño a un paciente. Ante un caso de yatrogenia, dijo, el profesional no puede hacer como si nada. Hay que analizar, reconocer y afrontar la situación. Y, sobre todo, no disimular nunca ante las personas afectadas. Esta es una responsabilidad del profesional.
 
En la jornada, se trataron qué consecuencias tiene la yatrogenia, tanto para los pacientes como para los profesionales, con la participación de Esperanza Gómez, médica forense del Área de Praxis del CoMB; Joan-Ramon Laporte, catedrático de Farmacología de la Universidad Autónoma de Barcelona; y Andreu Segura, médico de salud pública y vocal del Consejo Asesor de Salud Pública y del Comité de Bioética de Catalunya. Amando Martín-Zurro, vicepresidente de la Fundación Educación Médica, fue el moderador de esta primera tabla.
 
 
Durante el acto también se dieron pautas y recursos para aumentar el valor de la práctica clínica y para evitar la Yatrogenia. Este fue, precisamente, el contenido de la segunda mesa, moderada por Jordi Varela, presidente de la Sección de Gestión Clínica de la Sociedad Catalana de Gestión Sanitaria. Intervinieron Nieves Barragan, médico de familia de la EBA Vallcarca y miembro del grupo Comunicación y Salud de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC); Cari Almazán, responsable del Proyecto Esencial de la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias de Cataluña (AQUA); y Antonio Sánchez, jefe del Servicio de Cardiología y Presidente de la Comisión de Mejora de la Práctica Clínica del Consorcio Sanitario de Terrassa.
 
La segunda víctima
Cuando se produce un efecto adverso derivado de una práctica médica y un médico ocasiona un daño a un paciente, el profesional se convierte en una segunda víctima, ya que recibe un gran impacto emocional que lo marca y que el puede llegar a traumatizar por toda su carrera. Esta vez puede agravarse aún más si se suma una demanda penal. Para superarlo, muchas veces el médico necesita recibir apoyo legal y emocional. En estos casos, el Colegio ofrece el Programa d'Atenció Integral al Metge Malalt (PAIMM), que cuenta con una línea de asistencia específica y de ayuda al profesional. Además, también se puso en marcha, en el año 2013, el proyecto sobre la Segunda Víctima y, el año en 2015, un sistema de atención al médico que es objeto de una reclamación dirigido a aquellos profesionales que no tienen recursos personales o informales suficientes para enfrentarse a este tipo de situaciones.