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Miquel Lluís Rutllant Bañeres

(1940-2021)

El doctor Miquel Lluís Rutllant fue un avanzado a su tiempo. Un luchador desde su época de estudiante en la que ya ayudaba a realizar análisis de sangre y transfusiones. Un creador rebelde que, con una incombustible inquietud, orientó con cariño, entusiasmo y dedicación a los cientos de sus discípulos por el difícil camino del conflicto permanente, como él mismo decía “entre las ganas de hacer cosas y las posibilidades objetivas de realizarlas”.

Dr. Jordi Craven-Bartle y Dr. Jordi Félez

Empezó a trabajar en el Servicio de Hematología del Hospital de la Santa Cruz y San Pablo en 1967. A los treinta y cinco años se convirtió en director del Departamento de Hematología y Banco de Sangre que reestructuró de forma integrada y coordinada en las secciones de hematología clínica, hemostasia y trombosis, hemoterapia y laboratorios.

En 1973, cuando se constituyó la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia, fue nombrado primer presidente. Posteriormente, también presidió la Sociedad Española de Hematología 1988-90.

En 1976, en su Departamento se realizó el primer trasplante alogénico de médula ósea del Estado. También fue director médico del hospital en dos períodos diferentes, profesor titular de la UAB, fundador de la Unidad de Investigación de Sant Pau y miembro de la Comisión de Acreditación de Bancos de Sangre.

Para defender los derechos laborales de sus compañeros, promovió y fue el primer presidente de la Asociación Profesional del Cuerpo Facultativo. Para captar su compromiso con la sanidad pública vale la pena leer un artículo que publicó en El País el 2 de junio de 2000 titulado La Crisis de la Sanidad.

El doctor Miquel Lluís Rutllant fue un avanzado a su tiempo. Un luchador desde su época de estudiante en la que ya ayudaba a realizar análisis de sangre y transfusiones. Un creador rebelde que, con una incombustible inquietud, orientó con cariño, entusiasmo y dedicación a los cientos de sus discípulos por el difícil camino del conflicto permanente, como él mismo decía “entre las ganas de hacer cosas y las posibilidades objetivas de realizarlas”. En esa época, nuestro país no tenía las infraestructuras mínimas, ni trayectoria, ni demasiado científica critica. Nos faltaba casi todo lo tangible. Pero él, luchaba de mil formas para conseguirlo. Sus discípulos leales captaron su mensaje, orgulloso de participar en ese limbo etéreo de inconcreciones que era el camino hacia el “futuro”. Y así, definiendo ese futuro, se modernizaron tantas y tantas cosas... hasta lograr consolidar un hospital líder indiscutible en muchos campos.

El doctor Miquel Lluís Rutllant tuvo una protagonismo primordial en la profunda transformación de nuestro hospital. Y, por eso, quienes hemos sido testigos, con profundo respeto y admiración, le damos las gracias.

Su sentido del humor le acompañaba siempre, como un bálsamo ante las dificultades, y con esa sonrisa y su trato sencillo y cercano, lejos de formalismos, se interesaba por todo y por todos, pero no por compromiso social, sino porque realmente amaba a las personas y trataba de ayudar a todos.

De joven inició su afición al remo, que practicó toda la vida, hasta el punto de que llegó a presidir el Club Marítimo de Barcelona. Su vida ha sido un periplo vogando con esfuerzo y afán contracorriente por llevar la barca al hito de sus ideales. Este puerto ha sido su familia y la hematología que hoy tenemos en Sant Pau, su legado.