La Unidad de Cefalea y el Servicio de Neurología del Hospital Universitario Vall d'Hebron quiere expresar su pésame a los familiares y amigos del doctor Feliu Titus, que nos dejó el pasado 26 de septiembre.
El doctor Feliu Titus fue un pionero en el estudio de la migraña y otros dolores de cabeza. Se incorporó al hospital en 1970, cuando la neurología era una sección dentro del Servicio de Medicina Interna. Él y otros neurólogos tuvieron la visión que ha dado forma a nuestro servicio: la atención en unidades especializadas, con el objetivo de dar la mejor asistencia a los enfermos y ofrecer un conocimiento de primera línea.
La consulta especializada en cefalea se inició en 1986, la primera en todo el Estado español, e hizo escuela dentro y fuera del hospital, dio visibilidad a la enfermedad, empezó a investigar focalizada en la migraña como enfermedad neurovascular y su relación con el ictus, y participó en los ensayos clínicos con triptanes que fueron la primera revolución terapéutica específica y dirigida a la migraña.
Fue el primer coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología-SEN (1988-1991). Desde esa posición, por ejemplo, coordinó la primera traducción de la Clasificación y criterios diagnósticos de las cefaleas, las neuralgias craneales, y el dolor facial de la International Headache Society (IHS). En 2008, le nombraron miembro numerario de honor de la SEN.
En casa fue presidente de la Sociedad Catalana de Neurología-SCN (1990-1992), de la que también le nombraron miembro de honor.
En el ámbito internacional fue miembro del Comité Ejecutivo de la European Headache Federation (1991-1995) y miembro numerario de la International Headache Society, en la que llegó a ser coorganizador, junto con el doctor José Miguel Laínez, del IX International Headache Congress en Barcelona en 1999.
El doctor Titus escribió varios libros, creó un curso de doctorado sobre la migraña y otras cefaleas en la Universidad Autónoma de Barcelona. Fue el primero que dignificó a la migraña como enfermedad dentro de nuestro país y, para sus discípulos, quedará siempre el aprendizaje de su famoso “signo del traqueteo”.
Era escultor, artista, hijo prodigio de Canet de Mar, su pueblo. Nosotros que le conocimos en su faceta profesional, sabemos que era un gran persona, y que quisiera ser recordado sobre todo por su vocación de servicio a las personas que sufren esta epidemia silente, la migraña y otras cefaleas, sus enfermos, que escuchaba y guiaba con pautas comprensibles, con prácticas y con tratamientos adecuados.
Descansa en paz, Feliu.