El día 30 de julio de este año murió el doctor Amadeu Betriu como consecuencia de una enfermedad neoplásica que soportó con estoicismo y dignidad durante los últimos meses.
El doctor Betriu fue durante 40 años una pieza clave del servicio de Cardiología del Hospital Clínico. Antes había sido un estudiante brillante y, durante los tres últimos años de carrera, es interno de la Clínica Médica C del profesor Gibert Queraltó. Allí se le desvela la vocación por la cardiología y, después de terminar la carrera en 1965, decide irse al extranjero para adquirir una formación de primer nivel.
Cuando el Hospital Clínico se reestructura como un hospital organizado por servicios de especialidad, lo que ha sido nombrado jefe del nuevo servicio de Cardiología, el doctor Paco Navarro, lo reclama para integrarse como responsable de la Sección de Hemodinámica en el nuevo servicio. El doctor Betriu llega acompañado de su amigo valenciano, Ginés Sanz, con quien se ha formado en el Instituto de Cardiología de México y en Toronto. Ha sido contratado por el hospital como responsable de la Unidad Coronaria y contribuirá de manera notable a la expansión del Servicio de Cardiología, que se convertirá en uno de los mejores del país.
El doctor Betriu ha destacado por su capacidad de trabajo y por su rigor académico. Entre sus publicaciones destaca la que hace referencia a los elementos pronósticos del infarto agudo de miocardio, que ha representado un punto de inflexión en el tratamiento moderno de esta enfermedad. Sus méritos académicos determinaron que fuera profesor titular de medicina por la Universidad de Barcelona y tras su jubilación profesor emérito.
Hombre siempre de aspecto impecable, mudado, de trato amistoso y conversador amable, se mostraba en todo momento interesado por el país, por su política y por su Barça. Sus amigos y sus enfermos le añorarán.