Antoni Gallego

Antoni Gallego Zurdo

(1947-2018)

Siempre me resulta difícil hablar de alguien que nos deja y sobre todo cuando es un amigo. Con Antoni Gallego habíamos compartido muchos ratos y se me hace raro hablar en pasado porque su recuerdo está muy presente en mi pensamiento.

Miquel Vilardell

Siempre me resulta difícil hablar de alguien que nos deja y sobre todo cuando es un amigo. Con Antoni Gallego habíamos compartido muchos ratos y se me hace raro hablar en pasado porque su recuerdo está muy presente en mi pensamiento.

Antoni era el amigo, el compañero, el médico luchador para mejorar las condiciones de trabajo de sus compañeros, su voz se hacía sentir con fuerza para intentar hacer avanzar nuestro sistema de salud. Nuestra amistad comenzó hace muchos años, en épocas grises cuando estudiar no era fácil si no se disponía de recursos ya que había que compaginar los estudios con el trabajo.

Nos conocimos en la escuela de enfermería donde él estaba de alumno y yo de profesor. Antoni era una persona inquieta y siguió estudiando, se licenció en medicina y se especializó en medicina familiar y comunitaria, especialidad que desempeñó con vocación.

Coincidimos en momentos difíciles para nuestra profesión debido a los recortes en el sistema sanitario y tuvimos que defenderlo, él como secretario general del Sindicato de Médicos de Barcelona y yo como presidente del combate. Fue una situación muy difícil donde nuestra amistad se puso a prueba, es en estos momentos de incertidumbre donde se demuestra la verdadera amistad.

Antoni era una persona leal que conocía sus responsabilidades y las de los demás, de fuertes convicciones que sabía explicar y defender y nunca eché de menos su confianza y apoyo en el trabajo conjunto que hicimos.

Se afilió al Sindicato de Médicos de Cataluña en 1989 y llegó a ser su secretario general, desde esta posición supo defender la dignidad de la profesión luchando por mejorar las condiciones de trabajo y luchar por un convenio propio por los médicos para negociar las aspiraciones básicas del colectivo. Él siempre decía que el médico tenía el conocimiento y debía tener una posición líder en el sistema de salud.

Muchos compañeros lo recordarán como una de las personas que más luchó para resolver la situación de los médicos que, por falta de plazas, no pudieron acceder al MIR.

La profesión médica pierde un gran valedor del profesionalismo, de las condiciones dignas para poder ejercer una práctica médica de calidad.

En los últimos años la enfermedad lo golpeó y él que conocía muy bien los derechos y deberes como enfermo confió en el sistema sanitario por el que tanto luchó, siguió el proceso con dignidad y acompañado por su entorno familiar y amical que tanto le echará de menos.