Dr. Josep Maria Arimany Ridaura

Josep Maria Arimany Ridaura

(1927-2018)

Resumir en unas simples palabras la extensa biografía sobre el perfil humano del Dr. Arimany, así como querer describir en pocas palabras el largo recorrido del personaje, fuera inimaginable. De ahí el reduccionismo impuesto, para resaltar sucintamente sus rasgos fundamentales, tanto en cuanto a la persona, como en su propio ámbito profesional.

Miquel Vilardell y Jaume Portús

El pasado día doce de febrero, moría en la ciudad de Vic, después de una vida longeva que llegaba a los 91 años, lo que fue un médico urólogo ejemplar y no menos singular, vinculado desde muchos años con el Colegio de Médicos de Barcelona.

Resumir en unas simples palabras la extensa biografía sobre el perfil humano del Dr. Arimany, así como querer describir en pocas palabras el largo recorrido del personaje, fuera inimaginable. De ahí el reduccionismo impuesto, para resaltar sucintamente sus rasgos fundamentales, tanto en cuanto a la persona, como en su propio ámbito profesional.

Hombre que le gustaba la historia, la cultura, amante también de las ideas y de las letras, lo demostraba, según explica un compañero, el interés que en su día, en la etapa de estudiante en la Universidad de Salamanca, no escatimaba el tiempo para rastrear los famosos incunables, además de los manuscritos de un pasado inmemorial.

De carácter extrovertido, era un clásico doctor, reconocido como modelo de distinción, tocado con una vestimenta llamativa con aires de cosmopolita.

Destacaba por su falta de complejos y era distante de los perjuicios estériles, siempre firme y comprometido con sus pensamientos y sentimientos, defendiendo a ultranza.

Comprometido con sus convicciones religiosas, no exentas de sintonía con la moral y la ética, nada impedía que su actitud fuera respetuosa con la corriente prosaico de nuevas generaciones aparecidas.

Observador de las cosas y adornado por una clara empatía, fue un auténtico comunicador, que se ganaba el interés, la atención y la estima de la gente que el consultaba o con quien a menudo coincidía. Ocurrente, simpático, conciliador, y de memoria privilegiada, era admirado talmente como un icono entre los tertulianos de todo signo, haciendo honor de una gran pedagogía, ungida con bálsamo de proximidad y populismo.

Personaje enamorado de su ciudad, presumía de Vic, y lo era de los que se llaman de raíz. No es extraño que de jubilado, la emblemática plaza mayor de Vic, fuera el foro escogido para el encuentro con amigos, repasando los acontecimientos y saboreando el primer café del día.

Gracias a su vitalidad, capacidad y dinamismo, fue capaz de sacar adelante proyectos ambiciosos, impulsando al mismo tiempo una amalgama incontable de iniciativas que aún hoy perviven. El hecho es que todo este legado, escribe en parte la larga y prolífica miscelánea cívica y profesional de su vida.

Su vínculo con la ciudad, es prueba también su paso como concejal del ayuntamiento durante cuatro años. Empujado por la voluntad popular, prioritariamente se postuló como defensor del modelo sanitario del país, haciendo avanzar políticas para mejorar la calidad asistencial de su Vic natal.

De su etapa profesional, durante muchos años la rellena el médico como tal, ejerciendo la especialidad de urología, la Alianza de Barcelona y de Vic, respectivamente.

Más tarde fue Director General adjunto de la antigua Clínica Quinta de Salud la Alianza, y posteriormente Director Médico de la Clínica Alianza de Vic. Director de Assepeyo. Médico urólogo en el Hospital de Puigcerdà. Médico de varias empresas, etc. etc.

Fiel defensor del mundo colegial, fue el artífice de la instauración de la sede del Colegio de Médicos de Barcelona a Vic, propiciando además la adquisición del local y las instalaciones, y pasando a presidir la Delegación colegial de la Comarca de Osona.

Como hecho singular, fue reconocido con la Medalla Institucional de la UVIC, por su contribución a la instauración de los estudios Universitarios de Vic. A él se debe la Escuela Femenina de Ayudantes Técnicos Sanitarios de Osona, precursora de la Escuela Universitaria de Enfermería de Osona. Formó parte también, del grupo impulsor de la Facultad de Ciencias de la Salud y el Bienestar.

La última y más preciada recompensa le vino a finales de la vida, cuando aquel sueño de auténtica premonición que le perseguía, se haga realidad con la flamante nueva Facultad de Medicina de la UVIC-Universidad Central de Catalunya. Más aún, sabedor de que uno de los artífices, seguro el más significado, los que lo consiguieron, era uno de sus hijos, el Dr. Josep Arimany Manso.

Como colofón de los rasgos relevantes del Personaje, sería injusto dejar de mencionar el hecho primordial que rellenó con creces, el grueso importante de su vida.

Sabemos que modestamente agradecería ser recordado como el que ha sido: Una persona bondadosa, desprendida, nunca desaprensiva, cercana con los enfermos y feliz de haber ejercido la medicina.

El Colegio de Médicos de Barcelona, ??y seguro todos sus miembros y demás compañeros, nos sentimos apanats por la pérdida de un hombre bueno, de un médico que ha honrado la profesión, dejando un legado de humanismo, e incluso de prestigio para nuestro colectivo.
Desde esta instancia, transmitimos el más sentido pésame a todos los familiares y amigos.

Descanse en paz.