Pablo Oriol Roca

Pablo Oriol Roca

(1963-2018)

El pasado 10 de mayo nos dejó nuestro compañero Pablo Oriol Roca, a los cincuenta y cuatro años de edad, de manera repentina mientras trabajaba en la clínica.

Joan-Carles Raiteri, médico oftalmólogo y doctor en Medicina y Cirugía

El pasado 10 de mayo nos dejó nuestro compañero Pablo Oriol Roca, a los cincuenta y cuatro años de edad, de manera repentina mientras trabajaba en la clínica. Era médico adjunto del Servicio de Ginecología del Hospital de Sant Pau. Hombre simpático, jovial, deportista y gran amigo mío; habíamos estudiado juntos la carrera de Medicina: él en Sant Pau y yo al Clínico.

Era padre de tres hijos, gran amigo de sus amigos, con profundas convicciones religiosas y un altísimo nivel profesional, el alma de cualquier reunión de amigos o compañeros. Su gran pasión era la lectura (inglés, castellano o catalán) y el deporte. Hombre culto con profundo pensamiento moral y filosófico y muy devoto de la Virgen María a quien encomendaba muchas veces sus pacientes, amigos y colegas.

Siempre tenía una palabra de ánimo y apoyo para sus pacientes. Muchos de ellos aún hoy me vienen a ver llorando su pérdida. Tenía un profundo respeto por la vida humana desde su inicio; conocía el gran valor que esto tiene. Era una persona muy cálida y humana que daba apoyo más allá del punto de vista médico a las futuras madres que pasaban por situaciones difíciles. Comentábamos habitualmente la suerte que teníamos de ser médicos, pero que en nuestro trabajo teníamos que estar con la máxima preparación profesional y técnica y, al mismo tiempo, ser muy compasivos y indulgentes con la gente. Yo aprendí mucho. Gran enamorado de su familia y su profesión; comentaban, a veces, que nosotros teníamos un trabajo de alto riesgo vital pero, a la vez, apasionante e irrepetible. Quien no ha podido dormir una noche pensando en un paciente complicado que le cuesta salir adelante?

Tuve el placer de disfrutar de su amistad durante muchos años y doy gracias a Dios por ello, pero cada día noto que no está y no volverá. Pienso que es de justicia que todos sus amigos y compañeros hacemos memoria y reconozcamos los grandes valores que nos ha transmitido.

Hasta siempre, Pablo!