Joaquim Barraquer

Profesor Joaquim Barraquer

(1927-2016)

Joaquim Barraquer nos ha dejado, pero nos queda toda su obra, que nos lo hará recordar y tenerlo siempre presente. El centro que deja es reconocido como un centro altamente especializado, con equipos multidisciplinares muy competitivos, lo que se refleja en su prestigio nacional e internacional. Buen científico, competente y apasionado por su especialidad tenía unos valores personales que le hicieron un oftalmólogo bueno. Era una persona afable, tolerante, perfeccionista, perseverante, prudente y entregada a sus enfermos.Su espíritu solidario le lleva a crear la Fundación Barraquer para ayudar a personas necesitadas.

Profesor Miquel Vilardell. Expresidente del CoMB

Joaquim Barraquer nos ha dejado, pero nos queda toda su obra, que nos lo hará recordar y tenerlo siempre presente. Una obra que comenzó con su abuelo José Antonio Barraquer que continuó su padre Ignacio Barraquer y Joaquín Barraquer consolida. Hoy es un centro de referencia mundial que dirigen sus hijos Elena y Rafael para que siga siendo un centro de excelencia donde el objetivo principal es resolver los problemas de salud ocular de las personas que atienden con la máxima calidad y seguridad. La institución procura atender a todos, dentro de sus posibilidades, sea cual sea su origen y condición social y económica, dado que, junto con el espíritu de excelencia asistencial, docente y de investigación destaca la solidaridad.

El centro que deja el profesor Barraquer es reconocido como un centro altamente especializado con una atención integral, donde los avances tecnológicos se incorporan después de ser evaluados, a fin de tener en su cartera de servicios los métodos científicos más avanzados con los profesionales más acreditados. Actualmente, es un centro con equipos multidisciplinares muy competitivos, lo que se refleja en su prestigio nacional e internacional. Destacar que en el centro de estos equipos siempre ha habido un Barraquer como correa de transmisión para mantener el espíritu de la institución en todas sus vertientes. A Joaquín le tocó ejercer este papel muy joven, tenía 38 años cuando murió su padre y asumió el liderazgo del proyecto. A los 23 años, conoció Mariana Cuenta que sería su compañera, esposa y madre de sus hijos Elena, Mariana y Rafael, y se convirtió en una Barraquer más, estableciendo una simbiosis que les permitió liderar juntos el proyecto institucional y salir adelante la familia. Vivir entre las paredes de la institución se lo facilitó, no había pérdida de tiempo en desplazamientos, sólo necesitaban salir al exterior para mejorar su formación, para viajes nacionales e internacionales, para dar conferencias, para participar en congresos y para conocer personalidades del campo científico, social y político consiguiendo que el centro fuera reconocido en todo el mundo, que profesionales de otros países se formaran y que enfermos de todas partes pudieran recibir su asistencia.

Joaquim Barraquer tenía todas las cualidades para ser un buen oftalmólogo y un oftalmólogo bueno, era muy competente en su especialidad y, la formación de pregrado en la Universidad de Barcelona, ??los doctorados en la Universidad Complutense de Madrid, Guayaquil y Bogotá y los estudios de postgrado junto a los mejores especialistas fueron el camino para llegar a catedrático de Cirugía Ocular de la Universidad Autónoma de Barcelona. A lo largo de los de su vida profesional continuó su formación para mantenerse al día de todos los avances. Era un apasionado de su especialidad con mucha curiosidad por aprender y responder a las dudas que aparecían en el ejercicio de su profesión, y así nace el investigador de prestigio publicando en las mejores revistas científicas, haciendo patentes y aportando procedimientos para mejorar enfermedades . Pionero en la técnica de la zonulòlisi enzimática para el cuidado de las cataratas, en la microcirugía (colaborando en la mejora de tecnologías en el campo de la microscopía) y en la corrección de la afaquia y la miopía con lentes intraoculares. Estos resultados aumentan su prestigio como investigador y es reconocido como Doctor Honoris Causa por doce universidades nacionales e internacionales.

Miembro Numerario de la Real Academia de Medicina y con distinciones y condecoraciones como la Gran Cruz de la Orden al Mérito Civil, Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio, Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, Medalla al Mérito científico, Cruz de San Jorge y Medalla Josep Trueta, entre otros.

Joaquín Barraquer, buen científico, competente y apasionado por su especialidad tenía unos valores personales que le hicieron un oftalmólogo bueno. Era una persona afable, tolerante, perfeccionista, perseverante, prudente y entregada a sus enfermos. Fue estimado por sus pacientes, y por los compañeros, era un amigo de sus amigos que lo tenían a su lado en momentos de tribulaciones.

Su espíritu solidario le lleva a crear la Fundación Barraquer, que dirige su hija Elena, para ayudar a personas necesitadas con el que la institución sabe hacer. Y también lo lleva a defender la profesión presidiendo la Sociedad Española de Oftalmología.

Joaquín Barraquer sabía cuidar de su entorno familiar y social organizando reuniones en su casa, donde mostraba sus aficiones por el arte y la música, que le permitían evadirse de su mundo oftalmológico y adentrarse en el mundo de los sueños, desde donde posiblemente ahora esté mirando de reojo su gente y la institución.