Llibert Padró i Ubeda, nació en Terrassa un 26 de julio de 1937, en medio de la Guerra Civil española, exactamente un año y un día antes del inicio de la batalla del Ebro, donde el su padre murió luchando por la República. Uno de los hechos que marcaría su trayectoria vital y sus ideales.
Su infancia y juventud fueron el origen de lo que constituiría uno de los referentes durante toda la vida: la montaña y la naturaleza en todas sus versiones (montañismo, escalada, naturaleza e historia).
Comenzó la carrera ya de mayor, a los 26 años, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, ??en el Hospital Clínico ,. Durante estos años, para pagarse la carrera, trabaja en el centro psiquiátrico de la Santa Cruz y posteriormente a la Clínica del Dr. Fuster. En 1970 obtuvo el grado licenciatura.
De 1973 a 1977 hizo la residencia en el Servicio de Neurología del Hospital del Valle de Hebrón. Una vez terminada obtuvo la plaza de médico adjunto en el mismo Servicio.
Su actividad profesional dentro de la especialidad de Neurología, giró en torno al mundo de la epilepsia. En 1981 se hizo cargo de una de las primeras unidades de Epilepsia en nuestro país, que dirigió durante 22 años, hasta su retiro en 2004, cuando tenía 67 años.
Fue coordinador del Grupo de Estudio de la Epilepsia de la Sociedad Española de Neurología, donde defendió de forma fehaciente la necesidad de crear unidades específicas para el estudio y tratamiento de los enfermos epilépticos.
Entre sus aportaciones cabe mencionar la creación del Aula de debate de la epilepsia que dirigió desde 1998 organizando reuniones periódicas con los neurólogos de los centros hospitalarios dedicados a esta patología.
Contribuyó en diversas publicaciones y libros en el campo de la epilepsia: Tratamiento de los status epilépticos, crisis epiléptica única o aislada, Guía Terapéutica de los fármacos antiepilépticos, etc.
En su Unidad fueron formarse los MIR de neurología del mismo hospital y de otros centros, algunos de ellos actualmente responsables de Unidades de Epilepsia.
Por encima de todo hay que destacar a en Llibert Padrón por su profundo humanismo, que le llevó, entre otras cosas, a emprender la carrera de Filosofía, que finalizó en 1998, buscando respuestas a las raíces de la naturaleza humana, definint- como a neurofilósof. Su estimación y respeto a todo lo relacionado con las personas y la naturaleza fueron los pilares donde construyó su vida.
Todo el mundo que tuvo la oportunidad de conocerlo, especialmente los compañeros y los residentes del hospital, recordarán aquellas salidas en Montserrat y sus conocimientos de esta montaña, que transmitió, abriéndolos los ojos a nuevos horizontes.