Se trata de una novela escrita de forma ágil, desnuda de retórica literaria y de complejidad gramatical, muy apta para un guión cinematográfico y también para aquellos lectores que no disponen de largos ratos para ir devorando páginas y sólo pueden hacer catas breves cada día.
Los capítulos son numerosos, pero cortos, de entre una página y media y cuatro, lo que utiliza el autor para dar intensidad y ritmo al relato.
Los sentimientos íntimos lastrados por secretos de juventud abren paso a la tragedia y el rencor, a la confrontación de los personajes, a veces de carácter familiar, social e incluso con trasfondo étnico, en unos parajes lejanos pero no extraños.