Se trata de un poemario con una introducción, un capítulo “ Argila ” que consta de 29 poemas, un “ Blau ” de 24 y un epílogo a cargo de Gemma Gorga, que también podría ser el preámbulo. Encontramos citas y dedicatorias.
El inicio, “ Pas del temps ”, es una composición retrospectiva, de balance vital, abierta a la incertidumbre. Los recopilaciones “ Argila ” y “Blau "son complementarios, el primero vivido desde una perspectiva casi material, orgánica, y el segundo, más emocional y etéreo, espiritual; en definitiva, el eterno binomio cuerpo-mente (o alma), que integra una unidad inseparable.
La sensibilidad de la autora y su capacidad de tejer momentos y emociones con las palabras más precisos y sutiles nos adentran en un mundo etéreo que se nos hace demasiado breve, como la existencia.
La calidad literaria de este poemario lo hace una obra del todo recomendable.